En la vida de las personas hay muchas cosas importantes, pero creo que hay tres que están por sobre las otras, estas son NACER, MORIR Y AMAR.
La primera, NACER, no depende de nosotros, solo ocurre y ya estamos en este mundo, gozando de plena salud o con problemas. Nadie esta libre hoy de padecer cosas que la ciencia certifica como “tendencias a” o defectos genéticos. Con estos estigmas de nacimiento tendremos que convivir y luchar toda nuestra vida.
La segunda, MORIR, depende en gran medida de lo que hayamos hecho con nuestro cuerpo o por la fatalidad. Lo que psicológicamente hayamos construido de nuestro propio ser y lo que creamos que piensan las personas de nuestro entorno también influirá en la vida y muerte. La mayor necesidad del ser humano, luego de la supervivencia física es la supervivencia psicológica, ser comprendido, valorado y apreciado. No tener paz mental y sentirnos victimas de nuestras propias decisiones nos puede llevar a una muerte prematura.
En cambio, AMAR es un acto voluntario que decidimos hacer desde lo más profundo de nuestro ser.
En nuestro mundo actual, a veces, no es fácil expresar ese sentimiento, somos torpes al transmitirlo.
Pero el amar es un ejercicio cotidiano, en realidad es un verbo, una acción… AMAR.
En la pareja, el amar no tiene que ver con la edad o con la cantidad de años de convivencia, tiene que ver con la voluntad y las ganas que uno tiene de seguir con la relación que eligió, ya sea hace un mes, un año o cuarenta años.
Los que están a nuestro lado o interactúan con nosotros en otros aspectos de nuestra vida, ya sean hijos, padres, amigos o compañeros de trabajo también son receptores del ejercicio del verbo amar y deberían ser la razón de nuestra felicidad y nosotros los artífices de la suya.
Pero en toda relación de amor hay algo más sublime: EL RESPETO.
Muchos pensadores, filósofos y estudiosos de las relaciones humanas han dicho que por encima del amor está el respeto. Sin él no puede haber relación amorosa, cuando falta ya no puede existir el ejercicio del verbo amar.
Cuando nuestra felicidad se basa en ser el centro de atención de nuestro entorno y servirnos de su amor para nuestros intereses, ya no tenemos respeto por ellos.
“Te amo con mis condiciones y formas”
“Te amo a mi manera y cuando quiero”
“Te amo si eres como yo”
Cuando el amor pasa solo por lo que sentimos individualmente y dejamos de pensar en quien tenemos al lado y sus necesidades, deja de serlo, es solo egoísmo.
Nacer y morir no esta en nuestras manos, son el principio y el fin de nuestras vidas, todo lo que hay entre esos dos momentos depende de nuestras actitudes, del RESPETO que tengamos por los demás y de nuestra voluntad diaria de AMAR.
Es difícil, pero como dijo el filósofo y poeta estadounidense Ralph Emerson (1803-1882):